Con más vida que años, se escapa buscando salidas, se escapa de una corta vida, sentida igual que exprimida, de tantas y más experiencias, que le llevan a encontrar un sitio que le devuelva la esperanza de un cambiar.
Alejando vanidades, vicios y amistades; saliendo de un portal que le llevo a chocar con una gran utopía, en la que todo flotaba, de la que no sabia cuando volvería. Se acomoda, se involucra pero a veces resulta que ese evadir le trae ante sí un cúmulo de recuerdos, sentimientos y realidades. La soledad que le sigue, le persigue en cada instante, en cada kilómetro de su viaje, no la aleja ni aun estando tan alejado de su suelo, ese que al pisar le hacia sentir que le faltaba vida, que todo era pequeño, un "que bien me hace estar". Solo el limite le trajo, respirar hondo, pensar, elegir, decidir con que se quiere quedar. Consciente del caos que provoca, esa nube que lo llevó a sentirse como un dios. Elección acertada, aceptada hasta el final, hasta conseguir cambiar, mejorar y superar, compartir con alguien más lo bien que se puede estar, admitiendo que es absurdo que solo fue por integrarse en un mundo que rozó, en un mundo sin equipajes. Cada día se regocija, de sus propias vivencias, se ríe con ellas y siempre alerta al pisar, porque nunca sabrá ese mal momento al entrar.
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