... y rozaba con la punta de los dedos
el aroma de las nubes de su vuelo,
entre lágrimas de risa andaba el sueño
los colores de las alas sin un dueño.
Y miraba con impulso el rojo fuego
suspiraba entre blancos los lamentos,
colocaba la razón ante el silencio
demostrando ser el fuerte en ese juego.
Penalidades de una vida sin criterio
los tropiezos solo fueron daño interno,
exteriores que se lían entre tiempos
malgastando así la vida y sentimientos.
No es mayor consolación, solo es recuerdo
no compensa aquel rato de altos vuelos
pero es más fácil evadir tanto tormento
intentando rozar las nubes con los dedos ......
